domingo, 25 de julio de 2010

EL SOL, LA LUNA Y EL GALLO


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Al principio del tiempo, vivían juntos en el cielo el Sol, la Luna y el gallo.

El sol y el gallo se llevaban bien: nunca tenían ni la menor discusión. Pero la Luna no podía aguantar al gallo y siempre lo estaba persiguiendo y molestando.

En cuanto el Sol salía y se enfrascaba en su trabajo de iluminar la Tierra, la luna obligaba al gallo a servirla como si fuera un criado suyo, y aunque el gallo procuraba hacer las cosas bien, a la Luna todo le parecía mal. Un día la Luna se enfureció, arrancó al gallo todas las plumas y lo envió a la Tierra de un puntapié.

Cuando el Sol volvió y se enteró de lo que había ocurrido, se puso muy triste y como era el más viejo de los tres, a él le correspondió restablecer la paz. Estuvo pensativo largo rato. Después llamó a la Luna y le dijo:

- No podemos seguir viviendo los tres juntos, pues necesito estar libre de preocupaciones para poder cumplir como es debido mi misión de iluminar la Tierra. Por lo tanto, durante el día estaremos en actividad el gallo y yo, y tú no darás señales de vida hasta la noche. Entonces saldrás a dar una vuelta por el cielo. De este modo evitaremos lo más desagradable que hay en el mundo: las discusiones y las riñas.

Así lo hicieron. Desde entonces el gallo despierta al Sol al amanecer (todos lo habréis oído alguna vez) con su vibrante "¡quiquiriquí!", y los dos pasan el día dedicados a sus quehaceres, el Sol en lo alto del cielo, y el gallo abajo, en la Tierra.

Y sólo por la noche, cuando el Sol se retira del cielo y el gallo se refugia en su gallinero, aparece la Luna en silencio por el horizonte e inicia su solitario paseo como reina absoluta de la noche y de las estrellas.

AUTOR: Jella Lepman,
Cuentos y leyendas de las buenas noches.

1 comentario:

Luna 3ºA. dijo...

Lo que tu has puesto es muy bonito gracias por ponerlo bueno adiós.