EL CAMINO PARA SER FUTBOLISTA.
Érase una vez un niño llamado Juan Antonio, que soñaba con ser de mayor futbolista. Juan Antonio se apuntó a fútbol, el entrenador lo puso de defensa derecho, pero no valía, luego lo pusieron de portero pero tampoco valía y después de delantero punta, pero nada, no valía, hasta que un día el entrenador lo puso de delantero. Era mágico, regateaba hasta al portero. Un día el Sevilla FC lo contrató para jugar de delantero y en el primer partido se lesionó, porque el del otro equipo le dio una patada en el tobillo, no podía jugar más. Pero gracias a su esfuerzo se recuperó y pudo volver a jugar. ¡Era el mejor jugador del mundo! y le pusieron de mote "Mágico" porque parecia que era eso, mágico.
José Manuel Bernal Aguilera.
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