Un hombre y su hijo iban de camino a casa; el hombre iba montado en un burro y su hijo le seguía a pie. Entonces llegó un caminante y dijo:
- No está bien, padre, que vaya montado en el burro y su hijo a pie. Su cuerpo es más recio que el del muchacho.
Entonces el padre se bajó del burro para que su hijo subiera. Al poco rato, llegó otro caminante y dijo:
- No está bien, muchacho, que tú vayas sentado en el burro y tu padre a pie. Tú tienes las piernas más ágiles.
Padre e hijo se subieron los dos en el burro y así recorrieron un trecho hasta que llegó un tercer caminante y dijo:
- Eso sí que es tener poco juicio; ir montados los dos en un débil animal. ¡A palos habría que hacerles bajar!
Así que se bajaron los dos. Entonces el padre ató al burro las patas de delante, y el hijo le ató las de atrás; pasaron entre las patas una fuerte estaca que encontraron junto al camino y continuaron su viaje llevando al animal colgado de esta forma.
Y pasó otro caminante que dijo:
- ¡Qué brutos! Llevar un burro y no montarse en él.
Eso es lo que le puede pasar a uno si hace caso a todo el mundo.
AUTOR: Johann Peter Hebel,
El libro de los 101 cuentos.
3 comentarios:
Me ha gustado mucho el cuento lo he leido.
Entré en este artículo y me gustó mucho el cuento. Me pareció muy bonito.
He leído el cuento y he aprendido que no debemos hacerle caso a otras gentes; porque es mejor. Gracias por poner este artículo.
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